Grecia. Entrevista a Antonis Ntavanellos (DEA-Syriza)

En estos momentos se discute un nuevo acuerdo entre el Eurogrupo y Grecia. ¿En qué punto se encuentran las discusiones?

La Unión Europea, el BCE y el FMI presionan al gobierno griego utilizando el problema de la necesidad urgente de “liquidez”, que ellos mismos han creado, para imponer las contrarreformas del “memorándum” que habían negociado previamente con el gobierno de Samaras-Venizelos. Las razones de esta actitud tan rígida son financieras (una política antiausteridad es incompatible con el tipo de decisiones preponderantes en la Unión Europea a lo largo de la crisis), pero también políticas: los dirigentes europeos quieren aislar el “virus” de Syriza-Podemos antes de que se propague por Europa.

Frente a esto, el gobierno Tsipras se defiende con medidas a media tinta. Se contenta con definir “líneas rojas” para las negociaciones: sobre las privatizaciones, las leyes sobre las relaciones laborales, las subidas de impuestos pagados por las clases populares, las nuevas reducciones en las pensiones…

Tsipras se dice optimista sobre la posibilidad de un acuerdo, pero Europa presiona para la puesta en marcha de nuevas medidas de austeridad. ¿Cómo resistir esta presión?

Si la Unión Europea llega a imponer una nueva política de austeridad, la cosa no se quedará ahí. También hará pagar a Syriza un coste político. Al principio, mediante la apertura del gobierno al partido neoliberal Potami y luego presionando a favor de un gobierno de unión nacional, con o sin Tsipras como primer ministro… Una verdadera estrategia para borrar del mapa el resultado de las elecciones del 25 de enero.

En el seno de Syriza, nosotros apoyamos un proyecto de ruptura: cesar el pago de los intereses de la deuda en la perspectiva de anular su mayor parte, nacionalización de los bancos, abolición de la “libertad” de circulación de los capitales que permite su fuga, incrementar notablemente los impuestos al capital para financiar los programas antiausteridad, etc. Esta política está inevitablemente ligada a una política de confrontación clara con la Unión Europea y el FMI, y por tanto no a la búsqueda de un compromiso.

La Comisión por la Verdad de la Deuda Griega presentará el 18 de junio una evaluación preliminar sobre la legalidad de la deuda griega. ¿Por qué es central este tema?

La cuestión de la deuda es absolutamente central en la situación griega. El informe de la Comisión, que todos sabemos que deslegitimará una gran parte de la deuda, será extremadamente útil. Estamos agradecidos a todas las personas que como Eric Toussaint trabajan en este sentido.

Pero lo importante es que para que todo esto nos sea plenamente útil es que el trabajo de la Comisión esté ligado a una estrategia de resistencia; es decir, sin ningún compromiso con los acreedores y que se avance rápidamente porque las decisiones más importantes no pueden esperar.

En este sentido, el trabajo de la Comisión cuenta con el apoyo del sector más radical de Syriza, así como de una parte de los cuadros de Antarsya.

¿Cómo valorar las medidas puestas en marcha por el gobierno Tsipras, 100 días después de su llegada al gobierno?

En el curso de los 100 primeros días, el gobierno ha tomado medidas contra la pobreza extrema, así como ciertas medidas democratizadoras, pero también ha suspendido la aplicación del programa mínimo (el llamado programa de Tesalónica) para buscar una solución mediante la negociación con la Unión Europea. Todo esto ha enfriado las relaciones del pueblo con Syriza. Este problema, así como la reducción extrema de las reservas financieras del gobierno griego (debido al pago regular de franjas de la deuda) son las consecuencias más negativas del acuerdo del 20 de febrero, una trampa peligrosa para Syriza.

¿Cuáles son las relaciones entre Syriza y el gobierno?

Se puede decir que en Syriza, la conciencia media se sitúa claramente a la izquierda de este gobierno. La exigencia de un cambio de política hacia los acreedores y la clase dirigente griega goza de un amplio apoyo. Además en el seno de Syriza se ha desarrollado un funcionamiento democrático que permite un amplio debate político.

¿En qué situación se encuentran los conflictos sociales y la movilización popular tras la llegada al poder de Syriza? ¿Qué pensar del 1 de mayo en este contexto?

Esperábamos que la victoria política de Syriza conduciría a una explosión de luchas, de exigencias y reivindicaciones. No ha sido así. En Grecia se ha instalado un estado de pasividad a la expera del resultado de las negociaciones. Todo el mundo discute de política, pero son raras las personas que se movilizan.

Relanzar esta movilización popular, es responsabilidad de Syriza, de los dirigentes sindicales, de los dirigentes y organizaciones de la “otra izquierda”…. Pero también nos enfrentamos a un factor general, más “objetivo”: el mundo está confrontado a problemas estratégicos y tácticos sin precedentes, y no se han encontrado aún los medios para solucionarlos. En ese contexto, la movilización del 1 de mayo fue un fracaso.

Sin embargo, debemos continuar luchando, incluso en condiciones que no nos son favorables y que por supuesto nos hubiera gustado que fueran diferentes. Personalmente, pienso que la firma o el rechazo del futuro acuerdo con los acreedores marcará un giro que también va a cambiar la actitud -positiva o negativa del mundo del trabajo hacia el gobierno… Este jueves 20 de mayo, tendremos una primera huelga en los hospitales. Es decisiva, la apoyamos y vamos a estar muy atentos a su potencial éxito.

El proceso de los principales dirigentes de Amanecer Dorado se inició el martes 12 de mayo. ¿Significa que la extrema derecha está debilitada de forma duradera en Grecia?

Deseamos y hacemos todo lo que podemos a favor de la condena más dura contra los dirigentes y cuadros de Amanecer Dorado. Su persecución judicial, la perspectiva de este proceso, ha reducido considerablemente la actividad de los “escuadrones de asalto”, los grupos violentos que Amanecer Dorado no ocultaba sino que utilizaba como base para su desarrollo. Amanecer Dorado no es un partido cualquiera de la extrema derecha griega, sino que es una organización nazi basada en la acción de calle. En este sentido, han sufrido un golpe importante. Han mantenido una influencia electoral, pero menos de lo previsto.

Por tanto, hoy es el momento de impulsar la movilización antifascista: una presión que venga del movimiento obrero, de la izquierda, para prohibir sus actividades nazis y su presencia en la calle, en las escuelas, en los barrios. Es el único medio de poner fin a su crecimiento y marginarles.

http://www.npa2009.org/idees/grece-les-dirigeants-europeens-veulent-isoler-le-virus-syriza-podemos-avant-quil-ne-se-propage

Hebdo L’Anticapitaliste - 290 (21/05/2015)

Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR

Antonis Ntavanellos es uno de los dirigentes de la organización griega DEA (Izquierda Obrera Internacionalista), una de las componentes de la izquierda de Syriza.

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